En estos días se está produciendo un debate que recuerda en algunos aspectos aquel otro sobre la primera ley del aborto. Al respecto sólo me gustaría realizar una sencilla y humilde aportación:
La crítica a la nueva ley del aborto no es exclusiva de la Iglesia, ni de la derecha, ni de machistas de la Prehistoria. En el núcleo de este debate está algo tan delicado y tan serio como el DERECHO A LA VIDA. Este DERECHO no puede equipararse a otros derechos que no tienen (disculpen la analogía) en mismo peso específico que otros derechos como puede ser el DERECHO A ABORTAR. Además, en esta nueva ley, las menores podrán abortar sin tener que pedir autorización a sus padres ni informarles... creo que esto merece un debate social y una reflexión más profunda... no es poco lo que está en juego.
Esta es una sociedad libre... por lo menos en ciertos aspectos. Así que me permito opinar sobre este tema. Y a la Sra. Ministra de Igualdad sólo recordarle que los hombres también formamos parte de la sociedad y que algo tendremos que decir sobre algo tan serio como la procreación.
Y, finalmente, me permito publicar una foto de un aborto real: no es un lince, ni es un bebé que gatea... para que tengamos clara la imagen sobre la que estamos reflexionando...