viernes, 4 de septiembre de 2009

LA SUTILEZA DEL MALTRATO FEMENINO

Siempre había pensado que ante un tema tan obvio no haría falta escribir un artículo ni dedicarle media palabra a una problemática creciente que, misteriosamente, toda la sociedad se esfuerza en enmascarar... como si no hablando de ello el problema no existiera. Pero hablando con objetividad... EL PROBLEMA EXISTE Y EN VARIAS DIMENSIONES.
El hombre maltratado existe (y no me refiero al maltrato que podemos ver en la TV: golpes, heridas, disparos, muertes... todos sabemos que existen otros tipos de maltratos). No es un nuevo concepto, ni una nueva expresión, ni un símbolo, ni un ejemplo. El maltrato a hombres es una realidad, igual de feroz que el maltrato a mujeres. No hay diferencia. Pero la sociedad, y por tanto las leyes hechas a su medida, no ha querido mantener un concepto de violencia familiar que englobara todos los maltratos que tienen lugar en el seno de una familia, sin distinguir según el sexo de la víctima. La violencia en el ámbito familiar está prevista en el Código Penal español, pero existe una poderosa corriente social que pretende reducir el término “violencia” a la que ejercen los hombres y padecen las mujeres, negando así cualquier opción a que la situación sea la opuesta. Contrario a todo principio de igualdad y de presunción de inocencia, así ha quedado reflejado en la actual Ley Integral contra la Violencia de Género. Naturalmente esta situación conduce inexorablemente a una discriminación cada vez más aguda e insostenible, que no sólo no evita el maltrato sufrido ni por hombres ni por mujeres, sino que además genera una situación propicia para dotar a las mujeres maltratadoras de un arma nueva y muy poderosa contra los hombres: las denuncias falsas. Puesto que la presunción de inocencia de un hombre acusado de malos tratos está cuanto menos muy en entredicho, una denuncia falsa provoca la detención del hombre, su puesta a disposición judicial y con frecuencia la prisión preventiva, con la única esperanza posible del sobreseimiento del caso, que llegará sólo en el mejor de los casos. Pero la presión social a la que están sometidos los jueces es tan grande que la inocencia absoluta no asegura a los hombres la libre absolución en un caso en que no hay pruebas contra él, como debería obligar la presunción de inocencia que existe desde el Derecho Romano (“in dubio pro reo”) y que aparece en el artículo 24.2 de nuestra Constitución. De tal modo que una mujer puede maltratar al hombre con absoluta impunidad, amparada en el sistema judicial. Conscientes de esta situación y del sufrimiento de cientos de hombres atrapados en ella, esta Asociación responde con firmeza y eficacia ante la compleja situación jurídica y social del hombre maltratado.
La cruda realidad es que el sofisma de la perspectiva de género esconde un contínuo, constante y permanente incumplimiento de la Constitución Española, en aspectos tan básicos como la NO DISCRIMINACIÓN POR RAZÓN DE SEXO. Pongamos un par de ejemplos muy cotidianos con la actual crisis económica:
CASO 1: Pareja con un menor decide divorciarse y como ninguno de los dos puede afrontar el pago de la hipoteca para quedarse la vivienda comprando al otro miembro de la pareja su parte deciden venderla. Hasta que se venda la mujer y su hijo se quedan en la vivienda conyugal pagando la mitad de hipoteca, luz, agua, comunidad, gas... y el hombre también además de pagar su nueva vivienda. (Test para inteligentes: ¿dónde está la discriminación?)
CASO 2: ¿Quién se queda con la custodia del menor? De lunes a viernes con la madre, los dias no escolares repartidos a partes iguales... esto da aproximadamente una proporción anual del 70% a favor de la madre y un 30% a favor del padre... pero no se crea, amigo lector que con la pensión se llega a esta proporción... la pensión es a partes iguales.
CASO 3: Hombre maltratado en Baleares acude al INSTITUT BALEAR DE L'HOME... ¡Ah! Perdón, había olvidado que ese no existe. Bueno, pues a una residencia alternativa con orden de alejamiento para la mujer maltratadora... ¡Ah! ¿Tampoco tenemos ese recurso? Que despistado soy...
Pero claro... ahora vivimos en una corriente social de "perspectiva de género"... nuestros hijos y la sociedad pagarán las consecuencias de este despropósito... bastaba por hacer un esfuerzo en pos de una sociedad auténticamente justa y cumplir la Constitución... que tampoco está tan mal.