jueves, 14 de enero de 2010

AYUDAR

A 48 horas de la catástrofe haitiana y después de oir lo que reflejan los medios de comunicación quiero contaros algunas cosas que me han llamado la atención:
En primer lugar: el golpe emocional de los haitianos que residen en Santiago. Los estudiantes universitarios conmocionados y organizándose rápidamente: donando y pidiendo sangre para transfusiones, la incertidumbre sobre sus seres queridos, sobre su futuro...
En segundo lugar: quiero RECONOCER PÚBLICAMENTE la manera en que el pueblo dominicano se ha volcado en ayudar al pueblo haitiano (dinero, medicamentos y alimentos no perecederos). Todos los hospitales de campaña y demás infraestructura de la República Dominicana para afrontar sus propias catástrofes ya están al servicio del pueblo haitiano.
El Estado haitiano está absolutamente desbordado, los cadáveres siguen en las calles de Puerto Príncipe... el tiempo corre en contra... no basta con ser solidarios: hay que ser rápidos y solidarios. El problema de la ayuda a Haití no está en su volumen sino en la falta de mecanismos de distribución porque la ayuda se está embotellando en el aeropuerto de Puerto Príncipe... tanto es así que algunos aviones no han podido aterrizar en Haití y su espacio aéreo está colapsado. Las autoridades dominicanas han ofrecido los aeropuertos fronterizos para descongestionar el de Puerto Príncipe. Es más que previsible que a través de la frontera dominico-haitiana se intensifique todavía más la ayuda a Haití.
Hoy toda la Comunidad Internacional está ayudando a Haití, sólo un día antes sólo la República Dominicana era la que estaba ayudando: a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César.