lunes, 20 de diciembre de 2010

NAVIDITIS

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Quienes me conocen ya saben que la Navidad es para mí una época de fuertes contrastes. Creo que estoy empezando a somatizarla… y habría que ir pensando en ponerle nombre: NAVIDITIS.

En algún punto de la Historia de la Humanidad ocurrió un fenómeno: el nacimiento de un niño es una pocilga. ¿Para qué vamos a engañarnos? Ese Niño nació en el peor sitio posible… si hubiera sido dominicano hubiera nacido en la más putrefacta de las cañadas donde habitan tantos Traspasados… víctimas permanentes de un sistema social injusto, corrupto, aparentemente cálido pero esencialmente frío como la nieve de las postales navideñas.

Claro que los gobernantes son insensibles a estas cosas: les ha surgido un callo a fuerza de esforzarse por vivir bien a costa de los demás. ¿Quién soy yo para decir eso? ¿Soy mejor que ellos? Quizás debería decir como Juan que no soy digno, tampoco estoy libre de culpa para empezar a tirar piedras… pero el mismo Juan, sintiéndose indigno, denunciaba permanentemente la corrupción de su tiempo hasta el punto de convertirse en un auténtico dolor de cabeza para Herodes que optó por lo más efectivo en estos casos: cortarle la cabeza.

En estos tiempos navideños debiéramos reflexionar más allá de los abrazos y los mensajes amorosos qué clase de Humanidad celebramos con la llegada de ese Niño a la Historia… no sea que estemos celebrando nuestra propia indignidad.

FELIZ NAVIDAD Y UN DIGNO 2011.

Son mis deseos.