domingo, 21 de febrero de 2010

DISTINGUIDA ESTUDIANTE

Distinguida estudiante:
Permítame que la trate de distinguida porque quien se dedica a lo que usted decididamente se distingue del resto. También me va a permitir que la trate de usted, no por respeto sino para marcar distancias, puesto que yo me dedico honestamente a la enseñanza universitaria. Uno de los gajes del oficio es encontrarme con relativa frecuencia con gente como usted, aunque afortunadamente no son mayoría.
Usted, distinguida estudiante, piensa que la honestidad no es una virtud sino un acto de estupidez ¿Para qué estudiar pudiendo pasar el exámen copiando el exámen de un compañero? ¿Para qué escuchar las explicaciones del profesor si lo que explica no le interesa?
Pero usted, distinguida estudiante, no se conforma con ser tramposa, además es cínica. Reconozco que lo de ser cínica se va convirtiendo en una cualidad al alza... propia de políticos... pero en una estudiante causa repugnancia: si así es usted con sus estudios lo mismo será en los demás ámbitos de la vida...
Me despido de usted, no sin antes reconocer que usted ha captado mi atención, pero no por atractiva o interesante sino por recordarme lo que nunca quise ser. Por tal motivo le estoy sinceramente agradecido.
PD: Lo de usar su cuerpo para seducir y comprar voluntades no siempre da buenos resultados porque hay gente que aún tiene principios... y la parte más atractiva de una persona no es su cuerpo, es su alma.