«El que escucha música siente que su soledad se puebla».
Refrán popular.
Hace tiempo que quería dedicar una de mis entradas a LOS ACÚSTICOS. Esa agrupación que desciende del antiguo coro de la Pastoral Juvenil de Montecristi y que, sin lugar a dudas, tan buenos frutos ha dado.
En aquellos ensayos del salón parroquial reflexionábamos sobre el sentido de aquellas canciones, de su significado, de su intencionalidad, de la comunicación, aprendimos tolerancia, sensibilidad, afinación, respeto, responsabilidad… y muchas cosas más.
Pero en este blog no pretendo hablar de LOS ACÚSTICOS en sí sino de lo que ellos representan en mi vida.
Antes que ser compañeros y miembros de un hermoso proyecto musical somos AMIGOS… de esa clase de amigos que pueden estar años sin hablarse y siguen siendo amigos porque la verdadera amistad supera cualquier dimensión espacial o temporal.
Ya ha llovido desde aquel lejano verano de 1991 cuando, cargado de idealismo y con ganas de revolucionarlo todo, inicié mi etapa montecristeña de la que tan buenos recuerdos guardo. De esa árida tierra surgieron las más cálidas amistades… y esa es la clave de LOS ACÚSTICOS. El proyecto surge de la amistad y no viceversa… los ensayos son la excusa para juntarnos, reir, trabajar, recordar viejos tiempos, hacernos confidencias, reforzar nuestra complicidad y, en definitiva, para ser cada día más amigos.
Jeffrey, Carlos y Sheyla: sólo puedo resumirlo todo en dos solitarias y densas palabras:
GRACIAS AMIGOS
