Siguiendo con mi particular filosofía de ir cerrando asuntos pendientes en esta vida hoy toca hablar de ese tema difuso al que solemos etiquetar como “relaciones humanas”… que en ocasiones ni son relaciones, ni son humanas…
Mi primera norma para relacionarme con los demás es la regla del chocolate: “Las cosas claras y el chocolate espeso”… Esta regla tiene un alto costo pero también conlleva una alta dosis de autosatisfacción.
La segunda se basa en algo tan sencillo como en ser amigo de mis amigos y en ignorar a mis enemigos… suponiendo que los tenga. Supongo que los tengo por simple deducción estadística…
La tercera regla consiste en evitar un binomio que suele resultar demoledor: afectividad y dinero… son dos elementos que procuro no mezclar porque cuando se mezclan hay riesgo de perder a los amigos, al dinero o a ambos.
Otra regla importante se basa en la inteligencia: no confundir compañerismo con amistad… los amigos siempre han de ser pocos porque son esos quienes en los malos momentos, cuando aparecen las aves de carroña, estarán a tu lado.
Recuerda que los amigos están en los malos momentos, los compañeros están en los otros.
