Hoy he leído un artículo que hace referencia a la valoración que hace la Iglesia sobre el transporte público de la República Dominicana ( http://www.hoy.com.do/provincias/2011/1/27/359830/La-Iglesia-califica-de-verguenza-servicio-de-transporte-publico ).
Algunos de los que han escuchado mis opiniones sobre el tema me dicen “tú tienes que respetarlos” o “sólo intentan ganarse la vida” o la ya popularísima “son padres de familia”.
Mis principios (ni mejores, ni peores que los de otra persona) se basan en respetar a todas las personas, pero eso no significa abstenerse de ser crítico… el día que deba renunciar a usar mi mente dejaré de considerarme persona… pero ese es otro tema. Por tanto: no respeto porque no es respetable lo que hacen estos “flora y fauna” por estas calles.
Hablar del transporte público en este país es hablar de la incoherencia elevada a su máxima expresión. Apunto algunos datos para quienes me leen desde el otro lado del océano:
¿Leyes de Tránsito? Estos “padres de familia” no han visto estas palabras ni juntas ni por separado. Pasarse semáforos, rebasar a lo Fernando Alonso o manejar a lo Play Station es algo absolutamente normal y cotidiano en ellos.
¿Política de Transporte? Solamente consiste en recaudar impuestos a cambio de un adhesivo para que estos infrahumanos hagan de las suyas.
Nunca he entendido que se hagan manifestaciones por la agresión medioambiental de la BARRICK GOLD pero se obvie la permanente contaminación sostenida en el tiempo de estos vehículos…
…pero a todo cerdo le llega su San Martín.
