martes, 1 de febrero de 2011

LA ESPERANZA VINO DE LAS PIRÁMIDES

Pudiera parecer el título de una novela, pero es el título de una revolución social que me ha aportado algo que hace años he perdido por razones personales y por la edad: la esperanza.

Seguro que es políticamente incorrecto confesar que no se tiene esperanza… pero ya saben que prefiero eso a ser hipócrita. Cada día que pasa valoro más la sinceridad: la verborrea acaramelada me asquea… es lo más parecido a un empacho de dulces.

Y algo parecido habrán pensado por Túnez y Egipto donde, permítanme decirlo claramente: están hasta los cojones de la obscenidad con la que se ha ejercido el poder durante los últimos treinta años. El maltrato sostenido termina pasando factura al maltratador… alguno por estas latitudes debiera ir tomando nota.

Y puestos a confesar les confieso que me dan envidia: están dando una lección a nivel planetario de lo que es una protesta democrática. Estos no andan quemado gomas ni tirando piedras a cientos de kilómetros de su capital… eso es propio de latitudes caribeñas. En Egipto van al grano y han acuñado un lema impresionante: “Si Él no se va, nosotros tampoco” en alusión a la toma de las calles más céntricas de la capital egipcia.

El Presidente sale por TV para prometer cambios y la reacción de los egipcios es nuevamente la misma: “Si Él no se va, nosotros tampoco”.

Como dijo en su día Salvador Allende: la Historia la hacen los pueblos… y el de Egipto ha decido deshacerse de sus gobernantes… han sido necesarias tres décadas.

¿Cuándo le tocará el turno a nuestro continente? Mucho me temo que aquí estamos a años luz de lograr algo parecido… pero me alegra que Egipto hoy sea más digno que ayer.