“Al divisar semejante espectáculo, que me permite comparar a nuestra ciudad Capital con otras importantes ciudades del mundo, me digo para mis adentros: ¡Caramba! Helo ahí, lo hemos logrado: el Nueva York chiquito”. Leonel Fernández, 27 de Febrero de 2012 (Discurso de Rendición de Cuentas ante la Reunión Conjunta de las Cámaras).
Dedicarme a la noble tarea de educar integralmente obliga moralmente a publicar ciertas reflexiones personales. Y la efemérides dominicana obliga a compartir mi punto de vista: ni mejor, ni peor… pero alternativo y único… y lo comparto con la mejor de las intenciones.
Hace algún tiempo que me dedico a analizar la retórica de algunos personajes públicos, un trabajo interesante, la verdad. Pero en este último año y medio el máximo responsable de la “res publica” dominicana ha dado un salto cualitativo: lo del discurso de hoy me ha hecho reflexionar en posibles titulares con algunas citas que pueden mover a la pena o a la risa, según sea el estado de ánimo del lector.
Empecemos por esa alucinante comparación de Santo Domingo con Nueva York. De esa comparación se pueden elaborar algunas hipótesis… para no extenderme demasiado creo que hay un complejo de inferioridad no elaborado. Pero ya que el autor del discurso tiene ese afán con Nueva York como símbolo del desarrollo, me permito extenderme en su propia argumentación:
¿Copiará de Nueva York las políticas de mantenimiento de vías públicas? ¿Habrá semáforos verticales, señalizaciones claras, policías de tránsito profesionales, ausencia de “conchos” y contaminación acústica?
¿Copiará de Nueva York el calendario laboral?
¿Copiará de Nueva York los estándares de calidad educativa?
Y ya que estamos… hablemos de Estados Unidos, ciudad a la que pertenece Nueva York.
¿Copiará de Estados Unidos la división de poderes?
¿Copiará de Estados Unidos las políticas de transparencia pública?
¿Copiará de Estados Unidos los porcentajes de inversión en Salud y Educación?
¿Copiará de Estados Unidos su política alimentaria?
Postdata:
Si tuviera un poco de sentido común, dignidad y respeto por la sociedad a la que debería haber servido debería haberse ahorrado la referencia a las remesas. Las remesas son el indicador más evidente del subdesarrollo de la República Dominicana.
