jueves, 22 de diciembre de 2011

VOLVEMOS A LA NAVIDAD

 

La verdad es que en estos días me parece todo tan superfluo que las felicitaciones me parecen un supremo acto de hipocresía, excepto en dos casos: ferviente cristianismo y/o ferviente amistad.

En el primer caso se celebra el nacimiento de Dios hecho Hombre… Todos sabemos que no fue un 25 de diciembre pero había que buscar una fecha para celebrarlo como se merece y nada mejor que hacerlo coincidir con las festividades asociadas al solsticio de invierno en el Hemisferio Norte.

En el segundo caso, salvo rarísimas excepciones, pongo en duda todas las felicitaciones que me llegan… en otros casos… ni las pongo en duda: tengo la certeza de que un hipócrita me está sometiendo a un acto de hipocresía. Pero la vida siempre me regala una cereza para adornar el pastel y siempre alguien que no conocía, alguien que no esperaba, pellizca una pequeña parcela en mi corazoncito. La Hipocresía también es un buen medio para descubrir personas dignas en medio de tanta pobredumbre moral.

Este año NADA… Ni arbolito, ni villancicos, ni alegría… sólo el agradecimiento de tener salud y trabajo.

Y a todos mis seguidores, lectores, amigos, enemigos… les deseo que se cumplan sus deseos si con ello ustedes crecen como personas.

Feliz Navidad.