miércoles, 16 de mayo de 2012

SUELDOS DE LOS POLÍTICOS

 

Esta mañana, como suelo hacer siempre que me es posible, estaba sintonizando ONDA CERO para escuchar a Julia Otero (excelente periodista a la que sigo desde la época de TVE y TV3). El debate de hoy se ha centrado en el sueldo de los políticos y lo reduccionistas que solemos ser a la hora de referirnos a ellos con tendencia a generalizar negativamente. Vaya por delante que pienso que todos los ciudadanos merecen salarios dignos, el problema es que la sociedad percibe que los políticos (especialmente los de latitudes merengueras) tienen salarios obscenos. Lo anterior, combinado con las desigualdades sociales y el creciente desempleo, resulta irritante. Cuando se habla de austeridad la clase política se autoexcluye elegantemente… eso, sencillamente, es indignante.

Me gustaría aportar algo a dicho debate.

Hay políticos buenos (pocos en cualquier latitud del planeta) y malos (muchísimos en cualquier latitud del mismo planeta).

Aclarado lo anterior me permito poner por escrito algunas preguntas que me hago yo mismo:

1. ¿Cuáles son los criterios para establecer el salario de un político? ¿Es lo mismo un diputado con doctorado que un diputado con una licenciatura?

2. ¿Cómo se mide la eficiencia y/o productividad de un político?

3. ¿Cantidad de promesas?

4. ¿Cantidad de inauguraciones?

5. ¿Cantidad de discursos?

6. ¿Una media ponderada de todo lo anterior?

Seamos serios: en esta coyuntura de crisis planetaria es absolutamente obsceno tratar igual lo que es diferente. La sociedad debe hacer autocrítica porque los políticos no vienen de otro sistema planetario sino que surgen del seno de la propia sociedad.

Por tanto:

1. Dejemos de quejarnos como víctimas porque somos corresponsables de todo lo que acontece.

2. Dejemos de criticar si con cada crítica no aportamos sugerencias de solución.

3. Si nos consideramos inteligentes y críticos dejemos de actuar como idiotas alienados.

En definitiva: disminuyamos las palabras y aumentemos las acciones. Cada sociedad tiene los gobernantes que se merece… o peor.